Cuando hablamos del inconsciente, entendemos que ahí se erradica todas nuestras programaciones y nuestra forma de ver la vida. Sin embargo, hay algo muy importante y es que en el inconsciente, también están todas tus creencias.

¿Alguna vez te has puesto a pensar de dónde vienen las creencias que tienes? Existen 4 programadores que marcan tu subconsciente desde incluso antes de nacer. Estos son los que de alguna forma definen lo que piensas en diferentes etapas de tu vida.

Los padres: Ellos nos inculcan los valores, la forma de pensar y muy probablemente nos educan de la misma forma en la que fueron educados.

La educación: Aquí entran casi 21 años de nuestra vida en donde nos adoctrinan a cierta forma de pensar y por ende, seguimos ciertas reglas y parámetros de cómo funciona la vida. El problema es, que cuando salimos a la vida, nos damos cuenta que no es como nos enseñaron en el colegio.

La cultura o la sociedad: No es lo mismo nacer en China que en Canadá, cada país e incluso, cada ciudad, tiene sus costumbres y su forma de ver la vida de una manera distinta y nos moldeamos a esa cultura.

La religión: Este es un programador que llega a tu vida desde muy temprano y aunque no es lo mismo ser católico que musulmán, cada religión se basa en ciertos principios y leyes que se deben respetar o sino, probablemente, puedas terminar en el infierno.

Lo que te quiero decir con este pequeño contexto, es que mucho de lo que pensamos y de lo que creemos no fue diseñado por nosotros, sino más bien fue impuesto. Nos dijeron que esta es la única manera en cómo se debe vivir o peor aún, que esa es la realidad y basado en esto, lo creíste. Lo curioso es, que nunca nos enseñaron a cuestionar, porque eso significa rebeldía y eso implica irse en contra de lo que crees.

Todas tus creencias en base a estos 4 programadores residen en tu inconsciente, las cosas que te gusta escuchar, lo que te gusta comer, las personas a las que te sientes atraída, absolutamente todo lo que vives ha sido moldeado por esto y si no lo escogiste tú, entonces ¿quién lo escogió por ti?, este es un tema que puede causar mucho conflicto ya que nadie quiere ser cuestionado de lo que cree porque una creencia es la certeza absoluta de algo que pienso que es verdad. Y si te dieras cuenta que lo que piensas no es verdad, sería muy doloroso, porque reconocerías que una gran parte de tu vida viviste engañado y aquel que no confronta sus creencias, está condenado a repetirlas y eso es básicamente vivir dormido.

Todas las creencias que posees o una gran mayoría de ellas, fueron impuestas y ahora no necesitas que te las repitan, porque son parte de ti. El tema es que SI ES POSIBLE transformar mis creencias y poder introducirme en las que a mi me gustarían tener, siendo la pregunta: ¿lo que crees hoy en dia esta trabajando para darte lo que buscas o están impidiendo que consigas lo que quieres?.

Si estas feliz donde estás, ¡en hora buena!, sigue haciendo lo mismo. Pero si hay algo que quisieras modificar en tu vida, es el momento de empezar por la raíz, y la raíz muchas veces está en las creencias. A veces ni siquiera somos conscientes de las creencias que tenemos y por supuesto, el primer paso para hacer consciencia es saber que tipo de creencias están dentro de mi. Creencias sobre el dinero, sobre la vida, sobre las relaciones de pareja, sobre el trabajo, sobre Dios, sobre la religión, sobre mis padres, sobre la educación, sobre mi mismo, etc. Hay un montón de creencias que rigen nuestra vida y mientras no hagamos consciencia de ellas, no sabremos lo que debemos modificar.

Hay un poema que dice:

“Con muy poca preparación, damos paso hacia el ocaso de la vida. Peor aún, damos ese paso con la falsa presunción de que nuestras verdades e ideales nos van a servir, como solían hacerlo. Pero no podemos vivir el atardecer de la vida de acuerdo al programa del mañana. Porque lo que fue grandioso en la mañana, se volverá pequeño en la noche. Y lo que en la mañana era cierto, por la noche se habrá convertido en una mentira.”

Cada vez que leo este poema se me eriza la piel y sale un suspiro desde lo más profundo de mi ser, porque me recuerda que jamás podremos vivir aferrados a nuestros patrones e ideales, porque lo que en algún momento nos sirvió, quizás para mañana ya hayan pasado de moda. Esto quiere decir que nuestras creencias muchas veces nos han servido en su momento, pero si nos aferramos a ellas nos damos cuenta que en algún punto nos comenzaron a hacer daño. Así como al día de hoy no tienes el mismo celular que tenías hace 10 años atrás, porque ya es obsoleto, debes comprender entonces, que si aún posees las mismas creencias de hace 10 años, están están obsoletas, y aunque te cueste dejarlas ir, deberás internalizar si te funcionan en tu vida en este momento o no.

Lo que quiero que sepas es que la proyección de tu mundo exterior es el reflejo de tu mundo interior, lo que tienes dentro, es lo que se manifiesta afuera, como cuando un árbol tiene frutos podridos, el problema no está en las hojas o fruto, está en la raíz, en lo que no se ve y eso que no se ve son todas las creencias que manifiestan tu mundo interior. Por ejemplo, cuando yo te digo conjuga en primera persona el verbo Creer (Yo Creo) y conjuga ahora en primera persona el verbo Crear (Yo Creo), ¡exacto!, te da la misma respuesta, esto no es una coincidencia ni un juego de palabras, es la misma respuesta en sí. TODO LO QUE CREES, ES LO QUE CREAS. La pregunta es ¿qué es lo que sigues creyendo que aún sigues creando y no te gusta? Si quieres cambiar los resultados de tu vida o la realidad que vives, entonces debemos comenzar por cambiar las creencias.

Plenitud & Abundancia