La Muerte
Aug 16, 2021¿Qué es la muerte? Muchas veces me he hecho esta pregunta y mi cabeza no logra descifrar desde la lógica lo que significa. Sin embargo, cuando nos vamos un poco más allá a buscar respuestas desde el alma, sabemos que existen muchas creencias en base a este tema.
Algunas personas prefieren no hablar de esto, a otras simplemente no les interesa y EXISTEN quienes mencionan el tema, pero, con una cierta dosis de miedo de estar en lo incierto y no saber cómo manejar esto que parece tan simple pero que a su vez es tan místico. Todos alguna vez hemos pasado por una situación cercana a la muerte, quizás, hemos “perdido” un ser querido o haz sido tu quien se fue y por alguna respuesta incomprensible regresaste a cumplir lo que quedaba pendiente en tu vida.
No creo que existan dos experiencias iguales, hay quienes se van jóvenes, hay quienes se van viejos, hay quienes se van por una tragedia o simplemente porque era su momento; lo cierto es, que todos vamos para allá, este paso por la tierra es simplemente temporal y muchas veces pensamos que vamos a estar aquí por el resto de nuestras vidas, cuando en realidad sabemos que el tiempo y los días están contados, la perspectiva cambia porque la vida se convierte sagrada, se convierte frágil, se convierte sutil y por ende se convierte en un completo regalo. Pasamos nuestras vidas teniendole miedo a la muerte porque no sabemos qué pueda pasar después de que nos vayamos, no hay algo certero que le tranquilice a tu cabeza, como una fórmula matemática que te brinde una respuesta, por eso esto nos aterra, quedarnos en la incertidumbre, nos incomoda. Pero, lo curioso es, que muchas veces por estar tan conectado a este miedo profundo nos olvidamos de vivir completamente, de apreciar este regalo que nos dieron de cuidarlo y apreciarlo.
Cuando investigo y analizo las culturas ancestrales, desde los Mayas hasta las culturas más antiguas de Egipto, manejaban la muerte como algo sagrado...
No existía tanta incertidumbre ni desconocimiento sobre el tema, ¿será que en ese entonces estaban más conectados a lo que hoy en día no comprendemos? En estas culturas, para muchos morir era un honor, porque sabían que algo más grande los esperaba y en algunas culturas creían que su siguiente vida iba a ser mejor que la que tenían entonces; no había tanto miedo a lo desconocido, más bien lo recibían con respeto y lo celebraban con orgullo. Tras reconocer esto, me llega la pregunta ¿por qué hoy en día no tenemos esta misma visión de la muerte? Indudablemente existe una parte humana que se aferra a la presencia física de las personas, pensamos que muchas veces las personas o las relaciones son de nuestra propiedad y el apego nos hace sufrir cuando alguien se va. Creo que es inevitable sentir dolor, es parte de esta experiencia física a la cual escogimos venir. No obstante, cuando nos quedamos en el dolor y no podemos salir de él, entonces el sufrimiento nos consume como cuando lanzas un fósforo en un bosque seco.
¿Será que alguna vez podremos desapegarnos del miedo a la muerte?
Tras esta pregunta, decido conectarme con las palabras de Pierre Teilhard de Chardin “No somos seres humanos teniendo experiencias espirituales, somo seres espirituales teniendo experiencias humanas,” cuando leí esto por primera vez me costó entender, me costó asimilarlo, digerirlo, procesarlo, es muy profundo; pero, después de un tiempo me hizo sentido. Si este viaje por la vida es momentáneo, antes de ser humanos, ¿qué fuimos? Esta es una pregunta que resonaba con muchas respuestas, porque quiere decir que no siempre fuimos humanos, tuvimos que venir de algún lado y esto es lo que todas las culturas ancestrales conocían con mucha exactitud porque sabían que cuando morían regresaban a “casa”, regresaban al lugar de donde vinieron, ese lugar que está más allá de la tercera dimensión que se conecta con el cosmos del universo y que es uno con Dios. Por eso para ellos la muerte no existía, porque a pesar de que el traje que fue prestado para cursar en esta vida iba a quedarse aquí, su alma y su espíritu no tenían ni principio ni fin, es infinito.
Cuando comprendí esto, todo tuvo sentido. Resonaba con mi corazón y por mucho tiempo lo llegue a conocer física y mentalmente, hasta que la vida me puso a prueba y en esta prueba todo mi mundo se desmoronó, esto que me hacía sentido ya no tenía más sentido para mi, estaba enfadado, sentía un dolor que nunca antes había experimentado.
Lloraba día y noche, tenía mucho miedo, me entró la incertidumbre y en un momento una parte de mi quería irse también, hasta que me di cuenta que esto era parte del duelo, del duelo que tenía y que tengo que pasar para poder seguir en la vida porque a pesar de que somos seres espirituales teniendo experiencias humanas, no quiere decir que vamos a dejar de sentir, porque esto forma parte de la vida y como ser espiritual que soy y que eres, debemos estar conectados con la profundidad del alma para sanarla y para hacer algo lindo con lo que me queda por vivir.
Mi hermano querido, sé que no te has ido porque vives en mi hoy y siempre hasta el día en que nos volvamos a encontrar. Sé que estás con los Maestros cuidándome y guiándome. Tu espíritu libre y salvaje serán la memoria que me despierten todos los días. Mientras tanto haré algo lindo con mi vida en tu nombre. Esto va por ti mi hermano. Gracias por enseñarme tanto y como me dijiste la ultima vez que conversamos “todas las respuestas están en el corazón, porque lo único que existe es el Amor”
Dedicado a Juan Sebastián Barriga.
Te Amo, mi hermano.
Plenitud y Abundancia